Nueva Zelanda es un destino muy común para aquellos que sobre todo, quieren aprender inglés. Es un destino muy especial, ya que al ser una isla país, tiene un atractivo turístico de lo más bello: sus playas. Pero también tienen grandes puntos de interés, como una cultura fantástica, gente de lo más acogedora, y simpática, y paisajes naturales, no solo playeros, que son espléndidos. Hoy vamos a hablar de un lugar mucho más especial. Se trata de la Isla Waiheke, que es un sitio estupendo, ideal para hacer una excursión, y disfrutar de la verdadera esencia de Nueva Zelanda.
No todo el mundo se atreve a viajar a Nueva Zelanda. Sin embargo, tanto Australia como Nueva Zelanda son países del tipo europeo, lo que hace que los occidentales nos sintamos algo más seguros en estos países. Aún así, tomar una decisión como la de viajar hasta este país, es algo difícil, por lo que es mejor si lo pensamos dos veces, ya que no queremos luego arrepentirnos. Sin embargo, aunque nos entre miedo, por la lejanía, por ser otro continente, debemos darle una oportunidad, porque puede llegar a ser uno de los mejores viajes de nuestra vida, y que recordaremos para siempre.
Naturaleza y armonía en Nueva Zelanda
Nueva Zelanda tiene un público objetivo de lo más variopinto, pero la verdad es que el perfil que destaca de entre todos, es el de la persona joven, aficionada al deporte, y sobre todo al surf, que quiere probar nuevas experiencias. También está el o la estudiante que ha venido a perfeccionar su inglés, y que quiere volar del nido de una vez por todas. Aún así, hay que tener en cuenta que son muchas las personas que viajan hasta este lugar, porque tiene mucho que ofrecer.
Y entre todos los lugares, destaca la Isla Waiheke. Es un lugar simplemente maravilloso, que encantará a más de uno y a más de dos. Da igual si te va el deporte y el surf, porque este sitio te gustará, ya que tiene unas playas asombrosas, con olas de lo más decentes. Y si eres del perfil tranquilo, que prefiere tomar el sol, también te encandilará, porque sus playas son de arena blanca y perfecta para conseguir un moreno espectacular, y simplemente quedarse tumbado durante horas dejando la vida pasar, relajándose, y escuchando música o leyendo ese libro que teníamos pendiente desde hacía tiempo.
Pero esto no es el único atractivo de la isla. También gustará a un perfil más maduro, puesto que uno de los principales atractivos de este lugar es que tiene un montón de viñedos. Es ideal para hacer una ruta del vino, si quieres iniciarte en este arte, o simplemente probar nuevos sabores que no encontrarás en Europa con tanta facilidad. Los paisajes de los viñedos son de lo más espectaculares, así que no te olvides de llevar tu cámara de fotos. Por supuesto, si hay viñedos, hay bodegas. Por eso es ideal hacer una ruta del vino, ya que la isla cuenta con hasta una veintena de bodegas, que te ofrecerán sus mejores productos, y descubrirás un mundo nuevo en este sector.
Para llegar aquí, puedes acceder desde Auckand, ya que está a pocos kilómetros de esta maravillosa ciudad, una media hora si coges el ferry. Es ideal para hacer una excursión de un día, ya que tendrás tiempo de sobra para descubrir sus rincones más preciados, así como visitar sus numerosas tiendas de artesanía neozelandesa, y hacer alguna que otra compra. Es el lugar perfecto, y puede que te enamores del sitio a primera vista, así que estás avisado.
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Fuente de imágenes: diariodeunturista, rockorosso
